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El estrés durante la lactancia

Primero explicaremos qué es estrés para poder entender como afecta en la lactancia

En el diccionario médico se describe al estrés como un sentimiento de tensión física o emocional. Puede provenir de cualquier situación o pensamiento que lo haga sentir a uno frustrado, furioso o nervioso.

El estrés es la reacción de su cuerpo a un desafío o demanda. En pequeños episodios el estrés puede ser positivo, como cuando le ayuda a evitar el peligro o cumplir con una fecha límite. Pero cuando el estrés dura mucho tiempo, puede dañar su salud y en este caso afectar la lactancia.


De ahí viene el mito de que si una mujer se asusta se le va la leche.

Pero cómo funciona?

Imagina que eras una mujer de las cavernas y estabas sentada en una cueva amamantando a tu bebé y de repente veías a un animal feroz observándote con cara de “ya encontré mi desayuno”, en ese momento la madre debe tomar al bebé en brazos y salir corriendo, su cuerpo generará una homona llamada adrenalina que contraerá los conductos que transportan la leche para evitar que vaya escurriendo leche y dejando un rastro por el cual nuestro depredador seguro nos encontraría y nos comería. Una vez que la mujer se encuentra a salvo, puede sin problema sentarse a amamantar y su leche fluirá ya que la succión del bebé en el pezón genera otras hormonas como la oxitocina, prolactina y endorfinas que nos hacen sentir relajadas y por lo tanto los conductos de leche vuelven a abrirse y la leche fluirá sin problema.


Entonces vemos como el cuerpo reacciona liberando hormonas que hacen que el cerebro esté más alerta, que los músculos se tensionen y aumenta el pulso. El estrés nos hace ser mas fuertes y habiles para enfrentar una situación. Sin embargo, no es lo mismo tener un estres momentáneo que un estres prolongado o incluso crónico.


Imaginemos ahora una situacion en donde la mamá de un bebé prematuro se está extrayendo la leche para alimentar a su bebé y le avisan que la salud del bebé se agravó, en ese momento la madre se estresa, pero su estrés dura solo un momento, puede durar varios días hasta que su hijo esté estable, en este caso, cuando la madre se extraiga leche, puede notar que a pesar de sentir los pechos llenos de leche, no está pudiendo vaciar la glándula mamaria por completo porque sus conductos están contraídos y no permiten que fluya la leche de forma adecuada. Si esto dura varios días, el cuerpo creerá que esa leche no se necesita y bajará la producción de leche al no haber un vaciamiento total de la glándula.


Con este ejemplo podemos ver como el estrés inhibe la salida de leche y esto acabará por disminuir la producción de leche. En lo personal he visto que si no se hace un vaciamiento adecuado de la glándula mamaria después de 4 o 5 días la producción puede disminuir hasta en un 50%


Por otro lado, el estrés no permite al sistema inmunológico proteger a nuestro cuerpo de las enfermedades como debería por lo tanto la madre lactante estará mas susceptible a enfermarse y aunque en la mayoría de los casos se puede seguir amamantando, esto implica más esfuerzo para la madre.

Asi, una mamá estesada es más propensa a tener algún conducto obstruido, padecer mastitis (inflamación de la glándula mamaria) o incluso tener un absceso en el pecho (infección de un conducto)


Es por eso que debemos aprender a manejar el estres y no permitir que nos agobie, el nacimiento de un bebé implica un cambio muy drástico en todas las áreas de nuestras vidas, pero debemos sobrellevarlo de la mejor forma. Aquí te presento algunas sugerencias:

– Disfruta tu maternidad. Recuerda que tu interpretación de las cosas es un filtro. Si decides pasarlo muy mal, lo pasarás fatal. Si decides que algo te va a afectar pero solo hasta cierto punto, también lo conseguirás. Tu hijo será pequeño por un corto tiempo, asi que disfrútalo!

– Practica alguna técnica de relajación

– Haz deporte, conoce gente nueva y haz amistades, practica cosas que te gustan y hacen que “desconectes”.

– Aprende a priorizar y a organizar tu tiempo. En este momento lo más importante es cuidar a tu bebé, el cuidado de la casa puede esperar. Si hay cosas que no son ni urgentes ni importantes, pueden esperar.

– No seas tan exigente contigo misma. Es imposible ser una super mamá. Queremos estar bellas, con la casa reluciente, ser exitosa en el trabajo y tener unos hijos perfectos, eso es imposible, todo toma tiempo y lo irás logrando poco a poco.

Querer conseguir en todo momento la perfección no te llevará a ella, más bien te bloqueará y encima te frustrarás. Pon lo mejor de ti en cada cosa que hagas pero no intentes dar más de lo que no puedes dar. No se trata de hacer algo perfecto, si no de simplemente hacerlo.

-Delega en los demás algunas tareas. No puedes hacerlo todo tú, en este momento solo eres indispensable para tu bebé, todo lo demás, lo pueden hacer otras personas.

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